sábado, 13 de agosto de 2011

Dieta Armaril


¡Hola bellezones! ¿Cómo se presenta el sábado? ¿Sois muchas las que os vais de puente? Yo hoy vengo cargada de energías y es que, hace unos días, estuvimos de mudanzas dentro de mi propia casa. Os comento: en mi habitación, referente al almacenaje, tenía un armario de dos puertas y una cómoda de cajones, los cuales estaban repletos de ropa y complementos; en la habitación de mi hermano había un armario que estaba vacío hasta que yo lo rellené con más ropa; el rincón de debajo de la escalera es el zapatero común de la familia, que mayormente estaba siendo ocupado por mis sandalias, manoletas, zapatillas,...; y para colmo, en el trastero, había aún más ropa mía. ¿El problema? Soy una compradora compulsiva: ¡la ropa y los zapatos me pierden! Y odio tirar las cosas, pues la moda vuelve y nadie sabe cuando puedes volver a ponerte ese trapito (me paso las horas y las horas regañando a mi madre por haber tirado toda la ropa de su juventud, ¡yo la hubiese reciclado!). Así que, debido a los problemas de espacio, conseguí enganchar a mi padre y que me cambiara a mi cuarto el espacioso armario de la habitación de mi abuela (¡seis enormes puertas que tiene el tío!). Era feliz con mi nueva adquisición hasta que comencé a guardar y a guardar todo en mi cuarto y vi que se me quedaba pequeño...

El problema más grande viene cuando llega septiembre y hay que empaquetar todo para trasladarlo a Sevilla durante el curso... y lo peor de todo, meterlo a presión en un diminuto armario de piso de estudiantes. Y es que me tengo que llevar TODO, porque TODO me parece necesario... En fin, ¡no tengo remedio!

A lo que íbamos. Una vez con mi conciencia removiéndose, ya andaba ideando alguna idea por mi cabeza y llegué a varios blogs donde comenzaban pequeños retos por el mismo motivo, como es el caso de Isthar, del blog Apuntes de Isthar, y de Anita, del blog Anita Patata Frita, Vol.3 (entrada que realmente hizo que se me cayera la venda, y desde aquí le pido que me perdone por plagiarle algunas ideas, pero es que tiene unas ocurrencias buenísimas). Así que, ni corta ni perezosa, comencé mi andadura y establecí mi propia DIETA ARMARIL.



DIETA ARMARIL: Reto planteado para conseguir mi desintoxicación comprista de ropa y zapatos.
Objetivo: No comprar más ropa y zapatos durante un año (Virgen del Rocío, qué mal lo voy a pasar...).
Indicaciones: Respetar los siguientes diez mandamientos.
  1. Adoraré los DIYs y las customizaciones sobre todas las cosas. Se me permitirá comprar retales y abalorios con el fin de modificar el orden de los factores y alterar el producto.
  2. No frecuentaré establecimientos autorizados con el fin de distraerme. Me autoprohibiré la entrada a las tiendas de ropa y zapaterías, así como eliminaré de favoritos las webs de compra online.
  3. Santificaré las fiestas, los rotos y los extravíos. Se me permitirá invertir con consentimiento expreso de La Voz de la Experiencia y la Sabiduría, LaPepi, una vez que haya sucedido algún pequeño accidente, como un roto o un extravío, o con la aproximación de algún evento de muy pitiminí (esta decisión será tomada una vez revisado mi completo armario).
  4. Honraré las rebajas. Se me respetará poder desfasar durante período de rebajas y buscando muy buenas gangas por el simple motivo de que mi moral estará decaída al estar en período de exámenes.
  5. No compraré ropa y zapatos. Pero complementos y accesorios económicos para poder cambiar mis outfits.
  6. No pediré regalos de este calibre cuando se aproxime mi cumpleaños o las navidades, aunque sí podré aceptarlos sin haberlos pedido de forma directa. Tampoco pediré de forma expresa a LaPepi que me haga el último vestido que sacó la actriz más de moda del momento.
  7. No robaré, pero sí asaltaré armarios ajenos. Así como la maleta de Miss Belleza cada vez que ésta frecuente la villa.
  8. No tendré efecto rebote una vez transcurrido el período de desintoxicación. Aprenderé de mi año en abstinencia y adquiriré buenos hábitos de compra.
  9. No consentiré soñar con la ropa que vea en los escaparates de las tiendas que me caigan al pasar. Si sucede, le echaré la culpa a mi inconsciente.
  10. No codiciaré los bienes de los maniquíes. Me alegraré de que ellos sí puedan permitirse el lujo de estrenar trapitos más a menudo.
Al igual que un dietista te fija un día de la semana para pesarte y medirte, yo fijaré los domingos como mi día de desahogo contando cómo llevo mi reto.

¿Lo conseguiré? Lo creo firmamente. Llevo la fuerza de voluntad en las venas, pues LaPepi aguanta sin cortarse el pelo y el Señor Tomate dejó de fumar tras una cuarentena de años.
¿Os unís a mi dieta?

(NOTA ACLARATORIA: LaPepi y el Señor Tomate son mis progenitores)

1 comentario:

  1. Uf!!!! yo no podria, jaja, pero te doy todos mis ánimos para que lo consigas. Muy buena entrada!!

    besos

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